Personas en Situación de Calle

La forma en que un país define quién es “persona en situación de calle” no es un simple ejercicio semántico: delimita la población objetivo de las políticas, orienta recursos y legitima o excluye trayectorias vitales. En Chile esta definición ha evolucionado a partir de al menos cuatro hitos normativos y estadísticos.

Primer catastro 2005 (Mideplan, 2005). Por primera vez el Estado cuantificó a las personas sin techo, describiéndolas como quienes pernoctan en espacios no destinados a la vivienda —bajo puentes, plazas, calles— o en hospedajes solidarios/comerciales, y que además reciben “apoyo bio‑psico‑social”. La inclusión explícita del tipo de acompañamiento reflejaba una lógica asistencialista: se era “persona de calle” en la medida en que alguna institución lo constatara.

Segundo catastro 2011 (MDS, 2012). Para ordenar la expansión del Programa Calle, el Ministerio estrechó la definición y excluyó a familias campamentistas, reservando la categoría para usuarios de alojamientos temporales. Este giro redujo el universo estadístico y dejó fuera a sectores igualmente vulnerables, tensionando la coherencia con los principios de universalidad del sistema de protección social.

Decreto Ley 29 y el Programa Calle. El reglamento que operacionalizó el apoyo psicosocial introdujo la cláusula de “reconocida trayectoria de situación de calle”. El criterio pretendía garantizar que los escasos cupos llegaran a casos de mayor cronicidad, pero objetivamente elevó la barrera de entrada, retrasando la intervención preventiva y generando críticas desde la sociedad civil (Eissmann & Estay, 2006).

Registro Social de Hogares (RSH) 2017. El módulo Anexo Calle reemplazó la lógica de “uso de servicios” por la de “precariedad habitacional”: basta con carecer de lugar habitual y dormir de forma irregular para ser registrado (MDS, 2017a). Aunque más inclusiva, la herramienta sigue siendo de inscripción voluntaria municipal y no capta salidas de la calle, por lo que los totales acumulados pueden sobre‑representar la prevalencia real.

 

Comparación internacional. La tipología ETHOS de FEANTSA y la clasificación de IGH distinguen sin techosin viviendavivienda insegura y vivienda inadecuada, subrayando la dimensión de riesgo habitacional. Chile, al centrar su definición en la ausencia de pernoctar fijo, deja fuera a quienes se alojan temporalmente con familiares, pagan piezas precarias o están en procesos de desahucio. Esta omisión reduce la capacidad preventiva de las políticas y retrasa la detección de trayectorias descendentes.

Implicancias. Cambiar la definición altera la línea de base estadística y la elegibilidad programática; por ello, cada ajuste ha provocado desplazamientos de recursos y disputas entre actores estatales y ONG. La experiencia muestra además que definiciones demasiado estrechas invisibilizan poblaciones emergentes (jóvenes migrantes, mujeres con violencia intrafamiliar) y complican la proyección de costos a mediano plazo.

Desafíos futuros. (i) Adoptar una definición graduada que integre riesgo de pérdida de vivienda; (ii) instaurar un mecanismo de registro continuo interoperable con salud, justicia y municipios; (iii) armonizar los criterios nacionales con estándares internacionales para favorecer comparabilidad y financiamiento multilateral. Avanzar en estas líneas fortalecerá la pertinencia de los programas —desde los albergues de invierno hasta Vivienda Primero— y permitirá una respuesta más ágil y preventiva frente al sinhogarismo en Chile.

Transformación y Cambio Social

En Moviliza, estamos convencidos de que la transformación y el cambio social se alcanzan a través de la colaboración mutua. Es por ello que nos esforzamos en trabajar de la mano con entidades gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil, con el fin de compartir nuestras vivencias y conocimientos para enriquecer el diseño y la ejecución de políticas sociales. Esta sinergia nos permite no solo abordar las problemáticas de manera más efectiva, sino también fomentar un cambio sostenible en la sociedad.

Moviliza representa un espacio de confluencia, pensamiento y activismo, dedicado a forjar una sociedad justa e inclusiva. Desde su fundación en 2006, he estado al frente de Moviliza con la firme creencia de que podemos elevar el bienestar de quienes viven en la calle, personas repletas de potencial y merecedoras de una felicidad plena. Aunque nos enfrentamos a incontables retos, nuestra convicción en el poder del cambio nos impulsa a seguir soñando y a sostener que la calle no debe ser un hogar.

Felipe Estay, Director Ejecutivo

Me uní a Moviliza en 2010, justo cuando comenzábamos a implementar programas de prevención. Formar parte de Moviliza significa creer firmemente en la posibilidad de superar la situación de calle y en el potencial de las personas con quienes trabajamos, comprometiéndonos con la transformación social y la creación de un mundo más digno y justo para todos.

Karen Henríquez, Coordinadora Social

CISCAL

En marzo de 2019, se creó el Centro de Investigación e Incidencia CISCAL, cuyo objetivo es utilizar las herramientas y competencias del ámbito académico para impulsar y promover el desarrollo de estrategias integrales que aborden la situación de calle en América del Sur.El desarrollo de CISCAL se sustenta en tres principios fundamentales: (1) La situación de calle es un problema de derechos humanos; (2) es necesario generar respuestas públicas y privadas integrales; y (3) el trabajo de investigación e incidencia debe ser interdisciplinario e intersectorial. CISCAL cuenta con el patrocinio del Institute of Global Homelessness y de la Corporación Moviliza. Desde julio de 2019, funciona como parte de la estructura organizacional de Moviliza.